‘Que no tienen ninguna utilidad’, ‘que se irritan con facilidad’, ‘que no conllevan más que problemas’, son algunas de las ideas que suele tener la gente acerca de sus amígdalas.

Sin embargo, estas aseveraciones no son del todo ciertas, señala Ramiro Yépez, otorrinolaringólogo, quien explica que este tema suele encerrar más mitos que verdades.

¿Qué son?

Según Yépez, las amígdalas son un tejido que se ubica a los lados de la faringe. Su papel es importante porque producen inmunoglobulinas que constituyen un mecanismo de defensa que utiliza el cuerpo frente a factores medioambientales y contra ciertos grados de procesos alérgicos respiratorios.

Por lo general, estos órganos mantienen su función hasta que la persona cumple los 14 o 15 años. Al pasar esa edad, dejan de generar las inmunoglobulinas y pierden su utilidad.

Para el experto, la extracción de estas no genera problemas en la salud, mucho menos esterilidad, impotencia o la pérdida de defensas, como mucha gente cree.

Todo depende de cada organismo.

Molestia

El tamaño y la forma de las amígdalas pueden variar en cada persona.
Cuando son muy pequeñas se conocen como atróficas y hay otras que son demasiado grandes, las cuales llevan el nombre de hipertróficas grado cuatro y pueden ocasionar problemas como dificultad para la deglución (para tragar), e inconvenientes respiratorios.

Asimismo, pueden provocar náuseas, sensación de que hay un cuerpo extraño en la garganta y suelen generar que el niño (o quien las tenga) hable con voz nasal “como si tuviera una papa atravesada en la garganta”, comenta Yépez.

El especialista añade que las amígdalas demasiado grandes se encuentran en el 2% de los niños, quienes suelen presentar molestias a los cinco o seis años. Para solucionar este mal se requiere de una intervención quirúrgica en la que se extraen las amígdalas, acción que, según el médico, no afectará a la persona en el futuro.

La amigdalitis

Esta es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de las amígdalas. Se origina por un virus o por una bacteria.

En ocasiones suele ser leve, pero también puede convertirse en un problema grave. Si se llega a ese punto, es necesario sacar los órganos.

Para Yépez, es importante que la gente entienda que no hay que tenerle miedo a la amigdalitis, ni pensar que toda molestia en la garganta se debe a esta patología, ya que incluso un resfriado común presenta enrojecimiento de la garganta. Además, recomienda que en caso de tos y malestar se acuda donde un médico para que haga un diagnóstico certero y recete el tratamiento adecuado, pues el abuso de antibióticos y la automedicación pueden generar mayores problemas.

El dato
Las amígdalas están relacionadas con alrededor del 8% de las enfermedades de las vías aéreas superiores.