Toda persona preocupada por su salud y bienestar entiende la importancia de mantenerse activa a través del deporte y la actividad física.

Sin embargo, una actividad exigente o mal ejecutada puede tener consecuencias molestas. Entre ellas están las lesiones musculares, dolencias que varían en gravedad y que son frecuentes después de una rutina de ejercicios.

Si este es su caso, es importante conocer las lesiones musculares más recurrentes, su origen y los tipos de tratamiento que se requieren para aliviarlas.

CONTRACTURAS

Es una lesión muscular dolorosa debido a una contracción involuntaria, inconsciente y permanente que no cede de forma natural. Sucede principalmente en la zona de la espalda por concentrarse ahí la mayor cantidad de músculos posturales.

Tiene su origen en diferentes causas, pero las más comunes son: carga excesiva, sedentarismo, posturas mantenidas por largo tiempo, exposición al frío, estiramientos bruscos, mala alimentación y estrés.

Su tratamiento varía en función de la gravedad de la contractura. Lo normal es que el médico recete antiinflamatorios y que la terapia implique estiramientos, masajes y aplicación de calor.

CONTUSIONES

Es una de las lesiones en los músculos más frecuentes con mayor incidencia en los brazos y el muslo. Se produce cuando el músculo choca frente a una estructura no cortante provocando hinchazón, rigidez y dolor. Los que practican deportes de contacto como el fútbol son muy proclives a este tipo de lesiones.

Es indispensable en el tratamiento pausar el ejercicio, inmovilizar la zona afectada, aplicar frío y vendajes compresivos durante días.

DESGARROS

El desgarro se produce por una elongación brusca del músculo. Aquellas secciones del músculo que cruzan con las articulaciones son proclives a este tipo de lesiones, por ejemplo, las caderas o las rodillas. Las personas que practican deportes que requieren una rápida acción y reacción están más expuestas a los desgarros.

Por lo general, la fisioterapia basta como tratamiento, aunque en casos más complicados se requiere cirugía.

AGUJETAS (MIALGIA DIFERIDA)

Muchos creen que las agujetas se producen por la falta de oxígeno, pero realmente es una lesión en las miofibrillas que provoca aumento del ácido láctico y el LDH en la sangre.

El síntoma corriente es la tumefacción, es decir, la hinchazón del área en las 24 horas posteriores a la actividad física. El principal tratamiento es el uso de analgésicos y determinados ejercicios de intensidad variable.

CALAMBRES

Se trata de contracciones involuntarias del músculo que causan mucho dolor en la zona afectada. El calambre es muy frecuente en las piernas y el afectado tiene la sensación de que el músculo se ha reducido en su tamaño.

Generalmente, la fatiga, la actividad prolongada y la deshidratación son factores que favorecen su aparición.

Con ejercicios de estiramiento y masajes la persona puede hallar alivio al dolor, pero es fundamental mantener reposo.

TENDINITIS

Se tiende a pensar que la tendinitis es una inflamación, pero en realidad se trata de una sobrecarga, llamada también tendinopatía. El dolor se localiza en todo el tendón (unión del músculo con el hueso) después de efectuar maniobras bruscas.

Es importante señalar que el diagnóstico clínico es sólo posible después de una radiografía en la zona que muestre una calcificación.

Las zonas proclives para sufrir de una tendinitis son las rodillas, los codos y la planta del pie. El tratamiento varía desde el reposo, la electroterapia, sesiones de masaje y, en última instancia, la cirugía.

Estos son algunos tipos de lesiones en los músculos que las personas activas físicamente pueden experimentar. Si hay alguna sospecha de lesión muscular, lo recomendable es acudir a un especialista para iniciar un tratamiento.

FUENTE: clínica meds