Urticaria, verrugas, impétigo, dermatitis atópica… Son algunas de las enfermedades y lesiones de la piel más frecuentes en los niños. Sus nombres pueden llegar a asustar un poco y muchas veces por su desconocimiento no sabemos cómo actuar. Te contamos en qué consiste cada una de ellas, cómo se manifiestan y su tratamiento.

Conoce las enfermedades de la piel más comunes en niños

La piel es uno de los órganos más fascinantes y especiales que tenemos. ¿Sabías que su papel es fundamental como elemento de defensa frente a los agentes patógenos? Pues así es. También, regula la temperatura gracias a las glándulas sudoríparas y es un órgano sensitivo clave, pues en él reside la cualidad del tacto. A continuación te comentaremos algunos aspectos sobre siete enfermedades, lesiones y infecciones de la piel más frecuentes en niños.

1. Urticaria
Es una lesión muy pruriginosa, que se manifiesta a través de la aparición de habones. Dichos habones son zonas enrojecidas, algo edematosas y ligeramente sobreelevadas, que pican mucho. Comúnmente se conoce a los habones como ronchas o ronchones.

En la infancia, las urticarias aparecen generalmente sin motivo, si bien en algunos casos son secundarias al consumo de algún alérgeno, o guardan relación con un cambio brusco de temperatura (frío calor) o con una infección. Suelen ser autolimitadas en el tiempo y responden bien a los antihistamínicos orales. Pocas veces se cronifican.

2. Molusco contagioso
Los moluscos son lesiones sobreelevadas y umbilicadas en su centro, y de pequeño tamaño. Son el fruto de una infección por un virus de la misma familia que el virus de la viruela. Pueden ser únicas o múltiples. Suelen ser asintomáticas, o generar un picor leve.

En general, a fecha de hoy está desaconsejado su tratamiento, salvo que generen clínica significativa o estén ubicados en zonas de roce. En estos casos, se pueden extirpar. Se recomienda hacerlo bajo anestesia tópica, pues se trata de un proceso molesto.

3. Verrugas
Las verrugas suelen aparecer en zonas expuestas, como las manos o los pies. Son lesiones sobreelevadas, de superficie rugosa, únicas o múltiples. Tienden a desaparecer de forma espontánea, por lo que no está indicado su tratamiento, salvo que produzcan síntomas importantes. Para tratarlos se puede emplear crioterapia (induce una quemadura por frío) o sustancias que reducen su tamaño (como la vaselina salicílica), con un limado posterior.

4. Dermatitis atópica
Este problema es cada vez más frecuente. Se caracteriza por la aparición de lesiones tipo eccema, rojizas y pruriginosas, que aparecen por la piel de niños predispuestos. Es típico que se afecte la zona de pliegues (cuello, flexura del codo, flexura de las rodillas).

En niños atópicos aconsejamos medidas inespecíficas como no bañar a diario, no prolongar demasiado la inmersión en el medio acuático, uso de jabón de avena, secado de la piel ligero y por contacto, aplicación de cremas hidratantes, evitar el uso de prendas sintéticas.

Para manejar un brote de dermatitis se suele emplear corticoides tópicos y antihistamínicos orales (estos últimos, atenuarán el picor). En casos graves se puede emplear corticoides orales y/o inmunosupresores tópicos, siempre bajo la supervisión de su médico de confianza.

5. Impétigo
El impétigo es una infección bacteriana de la piel muy contagiosa, y que suele aparecer sobre una puerta de entrada. La puerta de entrada puede ser una picadura de insecto, una pequeña herida, etc. Esta pérdida de continuidad de la piel es aprovechada por algunas bacterias de la superficie cutánea para adentrarse en territorios más profundos.

Desde un punto de vista clínico, lo más típico es la aparición de una zona enrojecida de la piel que presenta costras del color de la miel (costras melicéricas). El niño, al tocarse estas puede diseminar la infección a otras regiones de su cuerpo. Para su abordaje está indicado el tratamiento antibiótico, por vía tópica o por vía oral. Se reserva esta última para casos con múltiples lesiones.

6. Pie de atleta (eccema dishidrótico)
Es muy frecuente en niños que practican deporte con asiduidad. Es una lesión eritemato-descamativa, con tendencia a la aparición de grietas, y que aparece entre los dedos de los pies, así como en el borde de estos. Se produce por la maceración del sudor, y suele asociar una infección por hongos, pues la humedad favorece el crecimiento de estos gérmenes.

Esta lesión puede exudar un material líquido amarillento. Es muy pruriginosa. El niño, al rascarse, puede inducir una sobreinfección secundaria de la lesión. Para su tratamiento, el pediatra o el dermatólogo emplearán corticoides y fármacos antifúngicos. Estos últimos son productos que combaten las infecciones por hongos.