Cuando utilizas la Homeopatía y sus medicamentos cotidianamente aprendes a valorar su eficacia y su seguridad,

Durante el embarazo y la lactancia hay una regla de oro: Evitar, en la medida de lo posible, el consumo de fármacos. Y digo en la medida de lo posible porque, evidentemente, habrá situaciones en las que el estado de salud de la madre exigirá el uso de determinados medicamentos durante el embarazo. Tendremos que valorar la relación riesgos-beneficios y en virtud de eso proponer la mejor alternativa de tratamiento a la embarazada.

Aunque el periodo del embarazo más sensible a la toma de fármacos es el primer trimestre hay que tener en cuenta que los fármacos llegan al feto a través de la placenta durante todo el embarazo y que por ello siempre será interesante evitar su consumo en la medida que podamos.

Se calcula que las malformaciones congénitas asociadas al consumo de fármacos durante el embarazo suponen algo menos del 5% del total y aunque el porcentaje no parezca alto sí es importante pues, en la mayoría de los casos, serían evitables.

El embarazo es una situación natural, fisiológica, pero también es una situación que requiere por parte de todo el organismo un esfuerzo de adaptación extraordinario y hay que pensar que no solo están los problemas de salud que la futura madre ya pudiera tener antes de quedar embarazada, sino también todas esas dolencias que pueden aparecer o agravarse durante y/o a consecuencia del embarazo.