El virus del papiloma humano (VPH) recibe este nombre porque algunos de sus tipos pueden causar verrugas, o papilomas, las cuales son tumores benignos (con cancerígenos). Tan solo una docena de aproximadamente 150 tipos de VPH son de alto riesgo y pueden evolucionar en un cáncer. Concretamente los tipos 16 y 18, son responsables de la mayoría de los cánceres genitales: el 70% de cuello uterino, 85% de los de ano, 50% de los de vagina, vulva y pene; y 30% los de orofaringe.

 

Alto riesgo de infección

La principal causa del cáncer de cuello uterino (cérvix) es la infección por VPH de alto riesgo. Un gran porcentaje de mujeres padecerán una infección de VPH en algún momento de su vida, pero un pequeño porcentaje padecerán cáncer de cuello uterino. El sistema inmunitario de las mujeres eliminará o erradicará de forma generl los VPH. Tan solo las infecciones resistentes por VPH pueden acabar derivando en el cáncer de cuello uterino.

 

¿Qué tipo de vacunas existen?

Las vacunas Gardasil y Cervarix se tratan de dos tipos de vacunas aprobadas por el Gobierno Federal de los Estados Unidos (FDA) para su uso en mujeres con el objetivo de prevenir el cáncer de cuello uterino y otros cánceres de vulva. También fue aprobado su uso en hombres y mujeres con el fin de prevenir el cáncer de ano y lesiones anales precancerosas causadas por los tipos 16 y 18 de los VPH. Este tipo de vacunas están desarrolladas a partir de la tecnología investigada por los científicos del Instituto Nacional de Cáncer (NCI). Existen datos iniciales sugieren que ambas vacunas podrían proporcionar protección parcial contra algunos tipos de VPH que podrían derivar en cáncer de cérvix.

 

¿Por qué son importantes estos tipos de vacunas?

Mediante la vacunación de puede reducir hasta en dos terceras partes el número de muertes por cáncer de cuello uterino en todo el mundo, siempre que todas las mujeres se vacunaran y la protección resulte duradera. Por otro lado la vacunación reduce la necesidad de atención médica, biopsias y procedimientos agresivos relacionados con secuelas de pruebas anormales de Papanicolaou y procedimientos de seguimiento. El resto de cánceres causados por los VPH son menos comunes que el cáncer cervical. Pese a todo, no hay programas formales de exámenes selectivos de detección para este tipo de cánceres, por lo que la vacunación tiene el potencial de reducir enormemente las muertes por estos cánceres.

 

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