En general, para hacernos alérgicos a cualquier sustancia nuestro cuerpo necesita haber tenido un contacto previo con ella. Es por este motivo que el tipo de alergias ambientales varían de unas zonas a otras; por ejemplo, en las zonas costeras predominan las alergias a los ácaros, mientras que en las zonas de interior son más frecuentes las alergias a pólenes de gramíneas.

En el clima mediterráneo las alergias más comunes son las de malezas como la parietaria (muros, casas viejas), en el sur de España es más frecuente la alergia al polen de olivo, mientras que en el norte de Europa ésta alergia es menos común y se dan casos especiales como el abedul en Galicia o la palmera en Elche.

En cuanto a la genética, la alergia al polen es una herencia complicada que se trasmite de padres a hijos con muchas probabilidades de ser alérgico si uno de los progenitores lo es, cosa que no parece existir en las alergias a alimentos o medicamentos (como un título de carrera universitaria que luego podemos ejercer o no).

 

 

La alergia en hombres y en mujeres

En general, la alergia es más frecuente en mujeres de forma global, pero no en enfermedades respiratorias que la predisposición es similar en ambos géneros, posiblemente porque se cuidan más ellas y acuden más a las consultas médicas. Las alergias respiratorias aparecen a cualquier edad, desde los 0 a los 100 años, pues aunque la sensibilización al polen es un proceso que se desarrolla durante años y el debut suele coincidir con el período adolescente, cada día aparecen alergias en niños más pequeños y personas mayores.

 

Cómo diferenciar un resfriado de una alergia

Los síntomas son muy similares y se pueden confundir, pero por lo general el picor de ojos y de nariz es más típico de la alergia que en fechas de invierno se produce por pólenes de arizónicas y esporas de hongos, mientras que la fiebre, la tos productiva y el dolor muscular y articular es propio de los cuadros catarrales. Eso sí, un moqueo con estornudos y síntomas respiratorios puede ser cualquier enfermedad de las dos y podría empezar con síntomas leves y convertirse en un ataque grave de asma, por lo que siempre recomiendo ser valorado por un especialista antes de medicarse y, lógicamente, un alérgico también se acatarra.

 

¿La alergia al polen ha dejado de ser estacional?

La alergia ha dejado de ser propia de mayo y junio para empezar alrededor de febrero y mantenerse tiempo después del verano, convirtiéndose en casi perenne. Además, la polinización de los árboles es diferente y los cambios climáticos también nos afectan con las predicciones. Cada vez conocemos más la climatología para prever los niveles de pólenes que se liberarán en los próximos meses, con captadores en las grandes ciudades que recogen los granos de polen a diario y cada año nos hacemos una idea de que meses hay más polen y de qué tipo son. También se ha visto que en los años que llueve más y hay más humedad entre octubre y marzo crecen más las hierbas y gramíneas, es decir, el césped y espiguillas del campo, teniendo niveles más altos en primavera y que aumentan los ingresos hospitalarios de crisis de asma en alérgicos al polen.

 

¿Cuáles son los síntomas más identificativos de las alergias?

En los alérgicos a inhalantes respiratorios, los síntomas rinoconjuntivales son los más frecuentes, con estornudos, mucosidad nasal, picor de ojos y nariz que se puede agravar a asma bronquial con pitos, tos seca y fatiga al esfuerzo si no se controla.

Otras sustancias que por contacto nos producen síntomas en la piel con picor son la urticaria, el edema o eccemas; también podemos sufrir síntomas digestivos si somos alérgicos a alimentos y, en ocasiones, se puede producir reacciones generalizadas rápidas y muy graves que denominamos anafilaxia o shock anafiláctico, que debemos pensar cuando alguien comienza con picor en orejas y genitales, con cuadro de urticaria asociado a síntomas digestivos y que después se marea o tiene dificultad para tragar o respirar.

 

Cómo reaccionar frente a una alergia

  • Control ambiental
  • Fármacos
  • Vacunas
  • Educación

Lo primero será conocer si se trata de una alergia u otra enfermedad, y una vez realizado el diagnóstico, el médico especialista en alergia será el único capaz de buscar el tratamiento correcto para la causa que produce la enfermedad, pues tenemos muchos tratamientos para los diferentes síntomas con antihistamínicos que quitan el picor, inhaladores nasales para la rinitis nasal y bronquiales para la obstrucción en inflamación de los bronquios, así como colirios para los ojos e incluso autoinyector con adrenalina para los casos graves (pero recordemos que es sólo sintomático y no trata la causa, lo cual sí se consigue con las vacunas de la alergia si están correctamente pautadas e individualizadas para cada paciente; además, cada vez son más potentes y eficaces y podemos administrarlas incluso en gotas, sin pinchazos).

Pero quizás lo más importante es la prevención, conociendo qué sustancias nos producen alergia y evitando el contacto con los alérgenos; para eso, existen aplicaciones móviles que nos ayudan a estar alerta pero sin automedicarnos y acudiendo al especialista en alergia.

El deporte regular es especialmente recomendable en los pacientes asmáticos pues fortalece los músculos que usamos para respirar y toleramos mejor una posible crisis de asma, mientras que la baja forma física y la obesidad lo empeora. Eso sí, siempre valorando con su especialista la prevención en los deportes al aire libre y hasta qué esfuerzo podemos llegar a tolerar de forma individualizada.

Al final la recomendación es visitar a su Alergólogo o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/alergologos/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.