No es infrecuente que mujeres que aún no saben que están embarazadas porque aún no les ha faltado su menstruación o porque tienen periodos irregulares, se hayan realizado alguna radiografía diagnóstica durante este periodo. En todos los ámbitos sanitarios, el personal está formado a este respecto y están obligados a preguntarnos siempre por la posibilidad de gestación. Pero cuando desconocemos esta posibilidad es cuando pueden aparecer estos días de riesgo denominados “periodos ventana”.

Ante todo, información y mucha calma…

El desconocimiento y la desinformación pueden llevar a periodos de ansiedad e incluso a interrupciones del embarazo por miedo a los efectos que las radiaciones hubieran podido tener. Por todo esto, hemos considerado importante explicar brevemente cuáles son los riesgos reales de una gestante que ha sido expuesta a radiación. ¿Qué ocurre entonces si estábamos embarazadas y nos hemos realizado una exploración radiológica?

Debemos conocer que el efecto perjudicial que presentan estas exploraciones se deben al empleo de lo que se llaman radiaciones ionizantes. Estas radiaciones ionizantes se usan en radiografías de partes óseas y vísceras, radiografías dentales, contrastes radiológicos, tomografía computerizada (TAC o escáner), pero no se emplean ni en las ecografías ni en las resonancias magnéticas.

Más riesgo entre las semanas 3 y 8 de embarazo

El efecto de las radiaciones ionizantes durante el embarazo depende de dos factores principales: el primero, el momento de la exposición; y, segundo, la dosis de radiación recibida. Si la mujer gestante es expuesta a radiación antes de que el embrión se haya implantado en el útero, va a tener un efecto de “todo o nada”. Es decir, puede evitar la implantación del embrión, por lo que no se produciría gestación o por el contrario, el embarazo sigue adelante con total normalidad. Si la exposición se ha producido entre la tercera a octava semana de embarazo es el periodo de “mayor riesgo” en el que se pueden producir malformaciones fetales. Pero para que esto se produzca se necesitan dosis elevadas de radiación.

Pero ¿qué consideramos dosis elevada? Y ¿qué dosis aporta una radiografía o un escáner? La dosis que se considera que puede tener perjuicio fetal es a partir de 100 milligrays (mGy). Si tenemos en cuenta que una radiografía de abdomen normal supone una dosis de 2.5 mGy, una radiografía de pelvis supone una dosis de 2 mGy y un TC o escáner de abdomen suponen 30 mGy, podemos concluir que para alcanzar las dosis perjudiciales deberíamos someternos a 3 escáneres o a 40 radiografías de abdomen. Hay que tener en cuenta que las dosis empleadas en los procedimientos diagnósticos como hemos visto son generalmente bajas, pero por el contrario en tratamientos con radioterapia u otras intervenciones pueden alcanzarse el límite de los 100 mGy.

Efectos de los rayos X en el sistema nervioso central

A partir de la octava semana de desarrollo y hasta el nacimiento, el efecto de la radiación se limita principalmente al sistema nervioso central. Una dosis de radiación por encima de 100 mGy pueden alterar el cociente intelectualdel bebé, y el riesgo es mayor cuanto más precoz es la gestación. Después de lo expuesto podemos decir que toda mujer embarazada debe conocer que las radiaciones ionizantes pueden tener un efecto perjudicial durante la gestación, pero que este efecto es dependiente de las dosis aplicadas.

Debemos conocer que las dosis empleadas en las técnicas diagnósticas más habituales son mucho menores a las que se han asociado a efectos perjudiciales pero que no están exentas de riesgo aunque este sea menor. Por ello, una técnica de este tipo no está contraindicada en la gestación, puede emplearse siempre que tu médico considere que los beneficios son superiores a los riesgos y valorando si existen otras alternativas diagnósticas con la misma efectividad y que supongan menores riesgos.

 

Al final la recomendación es visitar a su Radiologo o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/gabinetes-de-radiologia/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.