Hasta hace unos años atrás era una práctica absolutamente común y hasta tácita la de vacunar a los recién nacidos o durante sus primeros meses de vida según las indicaciones médicas, pero de un tiempo para acá han venido apareciendo  personas y grupos que se han revelado contra esta práctica debido a que la consideran peligrosa y la causante de más enfermedades y problemas en los infantes.

Con respecto a los antivacunas, estos grupos dan la sensación de estar muy bien documentados en sus páginas webs, en las entrevistas que ofrecen, en los argumentos que esgrimen durante los debates, pero a decir verdad, son personas que han llevado la paranoia a otro nivel, ya que todos esos argumentos que parecen tener bases sólidas son echados por tierra con apenas conversar con un pediatra serio. Incluso, la Organización Mundial de la Salud estima que la aplicación debida de vacunas en los niños evita entre 2 y 3 millones de muertes cada año.

Mientras tanto, otras cientos de miles de muertes ocurren precisamente por la falta de vacunas –por su inaccesibilidad-y otras, en menor cantidad pero igual de alarmante- por la oposición a ellas. El problema de esta última razón es que es un grupo que sigue creciendo gracias al alcance de internet (cosa que debo decir me sorprende ya que el siglo XXI está bastante avanzado en años) y no solamente hacen daño a sus bebés y a sí mismos, sino a todo un entorno.

Si estás embarazada y aun no tienes claro si vas a vacunar o no a tu bebé, sigue leyendo para que puedas decidir de manera bien documentada. Además, mira este listado de súper alimentos para consumir durante el embarazo.

El origen de las vacunas

Las vacunas comenzaron en el siglo XVIII con la aplicación de una llamada vacuna para la viruela, la cual a partir de ahí logró ser erradicada del mundo como enfermedad según la OMS. Siendo esta y la peste bovina las dos únicas enfermedades en ser totalmente eliminadas a nivel global por la mano humana.

La verdadera razón por la que las vacunas existen es para evitar que las personas, especialmente los niños, contraigan enfermedades infecciosas tales como  sarampión, poliomelitis, paperas, influenza y muchas más. Uno de los beneficios que ha traído la modernidad y la ciencia ha sido que se cuente con más vacunas, lo que significa proteger a los niños de más enfermedades que en otra época.

Los anti-vacunas que utilizan el argumento de que antes no se vacunaban a los bebés y estos vivían sanos, seguramente ignoran la gran cantidad de infantes que morían en sus primeros años de vida a causa de diferentes infecciones y enfermedades que no podrían ser tratadas o prevenidas debido a la falta de recursos. En la actualidad no es así, por lo que somos privilegiados por contar con maneras eficaces de prevención.

Aparte, las personas que se benefician con las vacunas de los niños no son solamente estos, sino que todos aquellos que le rodean, debido a que ellos son mucho más vulnerables a las enfermedades porque su sistema inmunológico todavía se está formado, y en caso de contraer alguna de estas enfermedades contagiosas puede convertirse en un foco, poniendo en peligro no solo a su familia sino a la gente con la que interactúa esta y a otros niños.

Es decir, nace una debilidad en la inmunización del grupo. Hay anti-vacunas que pasan de inmunizar a sus hijos ya que piensan que si la mayoría de la población está vacunada entonces tiene prácticamente un cerco de inmunización alrededor, donde los virus no encontrarán un buen asidero para propagarse. Pero este argumento se cae por sí mismo ya que ese niño sin vacunas sería el eslabón más débil si llega a estar expuesto.

Asimismo, hay que tomar en cuenta que el calendario de vacunación de los bebés está previamente estudiado y fue diseñado por doctores y científicos para proteger de enfermedades a los niños antes de que sean expuestos a ellas, por esta razón lo más recomendable es que se le respete.

Los efectos secundarios de las vacunas

Otro de los argumentos que esgrimen las personas que se oponen a esta práctica son los efectos secundarios de las vacunas. Esto, fundamentados (entre otros) en un estudio publicado por Andrew Wakefield donde este afirma que la vacuna triple -contra el sarampión, las paperas y la rubeola-causa autismo en los niñosEstudio que más adelante fue desmentido y se descubrió que Wakefield buscaba desprestigiar dicha vacuna con el fin de impulsar las alternativas y por supuesto lucrarse con ellas. Por esta razón él fue sancionado, expulsado del Colegio de Médicos de Reino Unido y revocada su licencia para ejercer.

Aun así, Andrew Wakefield no se rindió y a principios del año 2016 estrenó “Vaxxed: del encubrimiento a la catástrofe”. Una película escrita y dirigida por él mismo donde expone de manera más amplia sus estudios, acompañados de entrevistas con personalidades ligadas al tema. Donde se muestra que sus argumentos no eran contra las vacunas, sino concretamente contra la triple, el modo en que se administra y la edad a la que se administra.

Dicha película trajo mucha polémica y volvió a traer la discusión a la palestra. Fue estrenada en algunos festivales con mucho éxito de taquilla, pero muy poco en las críticas de médicos y científicos quienes volvieron a arremeter contra él. Vaxxed, ya se encuentra disponible para verla en streaming, en caso de que tengas curiosidad de verla para formar tu propia opinión al respecto.

Es verdad que las vacunas suelen causar efectos secundarios en los niños, pero estos no suelen ser en lo absoluto graves y van desde enrojecimiento de la zona donde se colocó, hinchazón, quebranto o fiebre leve e irritabilidad del niño. Normalmente estos efectos no tienen una duración mayor a dos días y dichos síntomas pueden ser tratados en casa.

Sin embargo, esto no quiere decir que sea totalmente imposible que un bebé tenga otro tipo de efectos. Si esto ocurre es necesario llevarlo al pediatra porque puede que esté teniendo una reacción alérgica, pero en realidad esto no es algo común, sino que son casos extremadamente excepcionales.

Hay que recordar que cuando se trae un bebé al mundo aparte de ser un miembro de la familia que lo concibió, también este pasará a ser parte de una sociedad que tiene normas y reglas con el único fin de que estas sean garantes de una convivencia sana y armónica entre todas las partes. Por esta razón es necesario hacerse responsables de las decisiones que se toman en torno a los hijos. La vacunación es una de esas decisiones, ya que si bien en muchos países no es obligatorio, el no hacerlo compromete ineludiblemente a los miembros de dicha sociedad.

Esto sin hablar para los riesgos que trae a la salud propia del niño, el cual queda expuesto y prácticamente sin ningún tipo de defensa a enfermedades que le pueden causar dolor, discapacidad y en el peor de los casos -pero posiblemente- la muerte.

También es importante monitorear su nutrición, es bien sabido que la lactancia materna es el mejor alimento para los infantes en sus primeros 6 meses de vida, y que consumirla trae beneficios tanto para ellos como para las madres. Luego de esto, comienza la introducción de nuevos alimentos. Mira en Nutrición Sin Más cuáles son los 7 déficits nutricionales más comunes para que sepas cómo prevenirlos.

Toma en cuenta al tomar tu decisión que hay países que gracias a su sistema de vacunas han logrado erradicar enfermedades como la fiebre amarilla, el sarampión, la polio salvaje entre otras, mientras que en Europa muchas de ellas siguen siendo problema entre la población precisamente debido a la apología a la no vacunación.

 

Al final la recomendación es visitar a su PEDIATRA o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/pediatras/  para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.