La Fundación del Corazón sugiere “hasta unos 50 gramos de frutos secos” como dosis adecuada todos los días. Y no conviene dejarlos de lado: a pesar de que no ayudan a perder peso, ni por sí mismos curan ninguna enfermedad, ni por supuesto tienen propiedades milagrosas, los frutos secos pueden ser un valioso complemento para combatir un gran número de afecciones o cubrir ciertas necesidades físicas. Pues, están asociados a una menor mortalidad de cualquier tipo, según la Universidad de Maastritch(Holanda).

Para el colesterol alto se sugieren nueces, almendras y avellanas.

El beneficio principal de los frutos secos es la ayuda que  le brindan a  la salud cardiovascular. “Las almendras y avellanas cuentan con  ácidos grasos monoinsaturados, de gran importancia porque ayudan a manejar los niveles de colesterol en sangre”, dice Marta María Suárez, presidenta de la Asociación de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (ADDINMA). “Un consumo de 60 gramos por día baja un 7,8% los niveles de colesterol”, señala el profesor Salas-Salvadó. Según este experto, las nueces son el único fruto seco que cuenta con grasas poliinsaturadas de tipo omega 3, las cuales, además de reducir el colesterol, rebajan la tensión arterial y previenen otras enfermedades del corazón, como indicó la Universidad de Maryland (EE. UU.).

Mientras que las avellanas reducen los niveles de homocisteína, un aminoácido que puede dañar el recubrimiento de las arterias (lo refrenda la Universidad Hacettepe, en Turquía). Y un estudio en Finlandia sostiene que los flavonoides (que se encuentran en la piel de las almendras) también cuidan el corazón.

Sin embargo, recordemos que los chequeos periódicos con nuestro médico son necesarios, para la pronta detección de enfermedades y el cuidado correcto de nuestro corazón.

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