La presión arterial es la presión que el corazón necesita ejercer sobre las arterias para que distribuyan la sangre entre los diferentes órganos de nuestro cuerpo. La presión mínima o diastólica se obtiene cada vez que el corazón se relaja, la presión máxima o sistólica, cada vez que el corazón se contrae. La hipertensión arterial (HTA) se da cuando la tensión arterial se mantiene elevada de manera sostenida.

La presión sanguínea se considera normal cuando está por debajo de 120/80 mm Hg y se considera HTA cuando está por encima de 140/90. Por su parte, los valores de tensión que van de 130-139/80-89 mm Hg se consideran prehipertensión, que nos hacen más susceptibles a padecer HTA. Por tanto, tanto si estás en la fase de prehipertensión como en hipertensión, debes vigilar tu alimentación y tu peso para evitar que los valores sigan aumentando.

Causas y tipos de hipertensión

La tensión arterial de nuestro cuerpo puede verse afectada por varios factores. Los más importantes son:

-La cantidad de líquido (sangre) que circula por nuestros vasos sanguíneos. Y que puede verse aumentada por la cantidad de sodio en sangre, las diferentes hormonas del cuerpo o el estado de nuestros riñones

-El diámetro de nuestras arterias, que se estrecha con la edad puesto que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos.

La HTA afecta al 35% de la población española, a un 68% cuando hablamos de los mayores de 60 años. En su caso puede ser secundaria, es decir, debida a otra enfermedad (problemas renales, cardiovasculares o del sistema hormonal) o; como en la mayoría de los casos, primaria. Entonces la causa es desconocida y no se debe a ninguna otra enfermedad.

Síntomas y consecuencias

En la mayoría de los casos la hipertensión no suele tener síntomas y es diagnosticada cuando la tensión se mide por otros motivos o en un control rutinario de salud. Hay algunas personas que sufren un elevamiento repentino de la tensión, lo que se denomina hipertensión maligna, y que pueden tener síntomas como nauseas, vómitos, dolores fuertes de cabeza, visión borrosa o confusión.

Al tener una presión más elevada, el corazón debe hacer un sobreesfuerzo lo que afecta tanto al corazón como a las arterias pudiendo crear anginas de pecho, arritmias, alteraciones en la visión, infarto de miocardio o cerebrales o insuficiencia renal, entre otros.

Tratamiento médico

Si sufres de hipertensión el tratamiento médico consistirá en recetar un medicamento antihipertensivo y controlar tu tensión regularmente. Si tu tensión mejora nunca debes dejar de tomar tu medicación sin consultar con tu médico y, también es recomendable avisarle cuando vayas a tomar alguna otra medicación, ya que en algunos casos, hay medicamentos que pueden anular el efecto del antihipertensivo.

Si sufres prehipertensión no se suele dar ninguna medicación pero si se aconseja realizar algunos cambios en el estilo de vida que nos ayudarán a evitar que la tensión aumente, como por ejemplo:

-Dejar de fumar.

-Realizar ejercicio de manera frecuente pero moderada. Ya que los ejercicios extremos pueden generar un aumento de la tensión.

-Controlar tu estrés

Recomendariones nutricionales

-Reducir el sobrepeso y la obesidad

Reducción del excesivo consumo de alcohol

Llevar a cabo una dieta cardiosaludable

Por tanto, es recomendable que no sólo nos centremos en llevar a cabo una dieta baja en sal sino también una dieta cardiosaludable para evitar que acabemos otras enfermedades que empeorasen la salud de nuestro sistema circulatorio y aumentaran nuestro riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular.

 

Al final la recomendación es visitar a su Angiólogo o en su defecto visitar nuestro sitio web https://medicosenmerida.mx/medicos-en-merida/angiologos-2/ para encontrar el especialista que mejor se adapte a sus necesidades.