Si bien es cierto que el cirujano maxilofacial trata las mismas áreas de la boca que el dentista, el dentista puede no estar licenciado en medicina y en cirugía. A diferencia del dentista, un cirujano, debe especializarse para poder realizar cualquier cirugía maxilofacial.

En lo que refiere al dentista, este puede o no ser médico. Esto tiene que ver con que, en general, las licenciaturas en medicina y en odontología se encuentran separadas.

¿Hay alguna circunstancia en la que no pueda acudir a una cirugía maxilofacial?

Es cierto que hay casos y momentos en los que no se les recomienda a los pacientes que acudan a una cirugía maxilofacial.

Durante el embarazo debemos tener en cuenta que el primer trimestre no es el momento ideal para realizarse esta cirugía. Sin embargo, el segundo trimestre de un embarazo puede efectuarse una cirugía de esta índole, aunque no es lo más recomendable.

Es decir, una mujer podría acudir a una cirugía maxilofacial durante los meses tres a seis de su embarazo, pero se recomienda que esto sólo ocurra si es totalmente URGENTE. 

Otro de los grupos de riesgo para este tipo de intervención quirúrgica, son las personas que cuentan con cardiopatías. Esto es, particularmente, porque se trata de procedimientos que requieren de la administración de anestesia, la cual puede ser riesgosa en pacientes con esta condición.

De todas maneras, es posible administrar anestesia de tipo local (evitando la general) en tanto se lleve adelante un monitoreo constante del proceso.